Oh Dios,
que escuchas siempre a tus hijos atribulados;
al darte gracias por tu misericordia,
te rogamos que, liberados de todo mal,
te sirvamos siempre con alegría de corazón.
que escuchas siempre a tus hijos atribulados;
al darte gracias por tu misericordia,
te rogamos que, liberados de todo mal,
te sirvamos siempre con alegría de corazón.
Por Jesucristo, nuestro Señor
Amén