Oh Dios,
a cuyo gesto obedecen todos los elementos,
serena la furia de las tempestades,
para que, la amenaza de su poder desatado,
se convierta en motivo de alabanza a tu nombre.
a cuyo gesto obedecen todos los elementos,
serena la furia de las tempestades,
para que, la amenaza de su poder desatado,
se convierta en motivo de alabanza a tu nombre.
Por Jesucristo, nuestro Señor
Amén